RESPONSABILIDAD CIVIL Y TECNOLOGÍA

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Área de Responsabilidad Civil de DOMINGO MONFORTE Abogados Asociados.

EL Parlamento Europeo creo una Comisión Especial en previsión de los riesgos por el uso de la Inteligencia Artificial (IA), que se define en la Resolución Civil liability regime for artificial  intelligence como «aquel sistema que está basado en software o integrado en dispositivos de hardware, y que muestra un comportamiento que simula inteligencia, entre otras cosas, mediante la recopilación y el tratamiento de datos, el análisis y la interpretación de su entorno, y la actuación, con cierto grado de autonomía, para lograr objetivos específicos».

El Reglamento Europeo de 21 de abril de 2021 fija en su artículo 3.1 las condiciones que debe tener un sistema de IA para quedar sujeto al ámbito de aplicación del mismo. Éstas son: operar con datos e inputs recibidos de máquinas o humanos, inferir cómo lograr un conjunto determinado de objetivos utilizando estrategias basadas en el aprendizaje automático o en la lógica y el conocimiento; y generar resultados en forma de contenidos, predicciones, recomendaciones o decisiones que influyan en el entorno con el que interactúa. Centraliza la responsabilidad en la persona que cree, mantenga, controle, explote u opere el sistema de IA como responsable del daño o perjuicio que cause el dispositivo o la actividad que lleve a cabo el mismo. Lo que reclama la adaptación del marco normativo de responsabilidad civil,  necesario para afianzar la confianza  que permita  el desarrollo armónico de este mercado con la necesaria seguridad jurídica,  y que permita, especialmente a los sujetos  innovadores  y desarrolladores de nuevas aplicaciones de IA tener una mejor comprensión de las implicaciones jurídicas y de los riesgos jurídicos transfronterizos  a los que se enfrentan.

De esta preocupación nace la Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la adaptación de las normas de responsabilidad civil extracontractual a la Inteligencia Artificial de 28 de septiembre de 2022,  en la que los fallos de la IA y sus consecuencias dañosas figuran en la agenda legislativa de varios Estados miembros. Como establece el Informe del Comité Económico y Social Europeo, aprobado el 24 de enero de 2023 publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea el 21 de abril de 2023, la citada Directiva sobre responsabilidad civil en materia de IA pretende mejorar el funcionamiento del mercado único, ampliando la protección concedida a las víctimas, ya sean particulares o empresas, mediante normas armonizadas. Esta regulación facilitará, por ejemplo, la obtención de una indemnización en el caso de que una persona se haya visto discriminada en un proceso de contratación que implique tecnología IA. “Es decir, con esta Directiva, la Comisión propone por primera vez una armonización específica de las normas nacionales en materia de responsabilidad civil para la IA, por lo que será más fácil para las víctimas de daños relacionados con la IA obtener una indemnización. En consonancia con los objetivos  del Libro Blanco sobre la IA y con la propuesta de Ley de IA de 2021 de la Comisión –que establece los principios del Estado de Derecho a través de un marco de fiabilidad y confianza en la IA-, las nuevas normas garantizarán que las víctimas se beneficien de una protección justa cuando se vean perjudicadas por productos o servicios de IA, al igual que si el daño hubiese sido causado por cualquier otra circunstancia”.

Se configura una responsabilidad civil subjetiva aunque  simplifica y reduce la carga de la prueba para la víctima, principalmente mediante el juego de la presunción de causalidad a la que nos hemos referido y, en consonancia con los objetivos europeos propuestos, aspira a garantizar a las víctimas una indemnización que resulte cuanto menos igual a la que correspondería si los daños se hubieran producido sin la intervención total o parcial de sistemas de IA como un elemento primordial para generar la confianza ciudadana en los avances de la IA, entendiendo que el aumento gradual de la misma debe construirse desde el respeto a los derechos de las personas en su dimensión individual y colectiva, con especial cuidado  en la protección de la privacidad y el efectivo resarcimiento cuando sea procedente.

Con igual ambición legislativa vanguardista la iniciativa de pasado 11 de mayo de 2023 del Parlamento Europeo, que  convierte a Europa en el primer espacio geográfico organizado del mundo que regule las todavía muy desconocidas posibilidades y riesgos de la IA y de sus versiones más avanzadas, tanto las ya conocidas como las aún por desarrollar.

Dos años después de que la Comisión presentara su propuesta de reglamento para la IA, antes tratado, se pretende el abordaje de los modelos generativos, que en aquel momento no eran conocidos por el gran público y que son capaces de crear tanto imágenes (como paradigmáticamente lo ha sido, la famosa foto falsa del Papa vistiendo un llamativo abrigo de plumas blanco), como textos, especialmente el tan de moda y tan preocupante ChatGPT, estén obligados a cumplir medidas adicionales de transparencia, para dejar, sobre todo claro, que han sido creados mediante IA.

Es indudable la preocupación latente por  los potenciales y previsibles efectos negativos en los derechos y libertades ciudadanas: se proponen prohibir los “usos intrusivos y discriminatorios de la IA”, especialmente los sistemas biométricos en tiempo real o ex-post en espacios públicos, salvo muy contadas excepciones por motivos de seguridad. Se trata, ha resumido uno de los relatores de la propuesta legislativa, el eurodiputado italiano Brando Benifei, de proporcionar a Europa una legislación con un enfoque “ético y antropomórfico” para “ganar la confianza de los ciudadanos” en estos sistemas que tanto afectan y van a seguir afectando sus vidas sin impedir, a la par, el avance de las nuevas tecnologías.

 

 

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