Área de Derecho Mercantil, Societario y Concursal de DOMINGO MONFORTE Abogados Asociados.
La reforma operada en la Ley Concursal, en vigor desde el pasado día 1 de enero, como ya hemos venido insistiendo, representa un giro radical que deberá llevar a un cambio de mentalidad dual: empresarial y financiera.
Así, resulta fundamental la anticipación en las decisiones ante eventuales estados de insolvencias, tratados legislativamente como «probabilidad de insolvencia», en supuestos en los que sea objetivamente previsible que el deudor no pueda «cumplir regularmente obligaciones que venzan en los próximos dos años». Conlleva un ejercicio de responsabilidad empresarial de acudir en tiempo idóneo a soluciones de reestructuración que posibiliten adecuarse a la situación y adoptar las medidas adecuadas que eviten la crisis liquidativa. Y, respecto de los acreedores comerciales y especialmente los financieros, una vigilancia anticipatoria, es decir, preventiva más que reactiva, como hasta ahora.
La profesionalidad y especialización en el tratamiento del riesgo, que pueda derivar en probabilidad de insolvencias y el conocimiento de las medidas a implementar en su evitación o solución, junto con la actividad mediadora, van a resultar determinantes.
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