Área de Derecho de la Música y Propiedad Intelectual de DOMINGO MONFORTE Abogados Asociados
Se pretendía superar las diferencias sobre cómo garantizar la investigación y la capacidad industrial que puede aportar la inteligencia artificial y al mismo tiempo garantizar la seguridad en materia de seguridad biométrica, y se ha logrado.
La entrada en vigor se demorará más de un año, con el riesgo propio que conllevan los avances tecnológicos que pueden dejarla obsoleta antes de su entrada en vigor, aunque se afirma que se ha negociado una ley “a prueba del futuro” que contenga la flexibilidad suficiente como para poder regular funciones o tecnologías hoy por hoy desconocidas, o para amoldarse a los cambios que experimenten las ya existentes, lo que no deja de parecer, a nuestro juicio, muy pretencioso. Ciertamente, es encomiable que se avance en su regulación, pero se debería hacer sin espacios de vacío para lograr la certeza legal y técnica que se proclama sobre una legislación pionera en el mundo vanguardista y responsable que impone estándares globales. Los límites o fronteras que no deberán traspasarse afectan sustancialmente a la vigilancia biométrica y los sistemas de inteligencia artificial generativa en los que se basan los modelos como ChatGPT.
Vigilancia biométrica en tiempo real en espacios públicos: sólo podrán ser empleados por las fuerzas del orden y estarán muy limitados y rodeados de estrictas salvaguardias: se requerirá una autorización judicial y la lista de crímenes que lo autoricen será muy restrictiva. En el caso del uso “ex post”, únicamente se permitirá para la búsqueda de una persona condenada o sospechosa de haber cometido un crimen grave. En el caso de la vigilancia en tiempo real, su uso estará limitado en “tiempo y locación” y sólo se permitirá para la búsqueda de víctimas de secuestro, tráfico humano o explotación sexual, para la prevención de una amenaza terrorista “genuina y previsible” o “genuina y presente”, es decir, que se está produciendo en el mismo momento, o para la localización o identificación de un sospechoso de crímenes específicos: terrorismo, tráfico, asesinato, secuestro, violación, robo armado o un crimen medioambiental, entre otros.
En cuanto a la regulación de los sistemas de inteligencia artificial generativa en los que se basan modelos como ChatGPT, estos tendrán que cumplir criterios de transparencia, como especificar si un texto, una canción o una fotografía se han generado a través de la inteligencia artificial, así como garantizar que los datos que se han empleado para entrenar a los sistemas respetan los derechos de autor.
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