El Tribunal de Les Aigües. Modelo perfecto de mediación y solución

Autor. José Domingo Monforte. Publicado en Levante 21/01/16

Hoy celebramos el Día Internacional de la Mediación, que se hace coincidir con la recomendación de la mediación aprobada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa de 21 de enero de 1998.

Se protesta permanentemente que no existe cultura de mediación como alternativa a la resolución de conflictos judiciales, y a la vez persiste la continuada queja en la pérdida de confianza en el sistema judicial por la sobresaturación del mismo, y la excesiva lentitud y tardanza en sus resoluciones.

Aún sin dejar de reconocer la realidad de estas afirmaciones, los valencianos contamos con una muestra y ejemplo de un modelo perfecto de mediación en “El Tribunal de Les Aigües”. Organización que hemos heredado desde los tiempos de Al-Andalus,  continuada y perfeccionada con la conquista del Reino de Valencia por el Rey D. Jaime, y que además, ha sido reconocida como la más antigua institución de justicia existente en Europa.

Como sabemos, la organización de los riegos se hace a través de esta institución que cuida de la administración del agua y de la observancia de las normas y reglas consuetudinarias logradas y mantenidas con la sabiduría y experiencia de los hombres de la huerta.

La reflexión que deseo compartir con el lector es el porqué del éxito de esta institución y de su pervivencia en el tiempo, en la medida que pueden servir de ejemplo y modelo a seguir  en la implantación de la mediación.

 Los principios de oralidad, concentración, rapidez y economía que rigen su funcionamiento son, sin duda, factores determinantes de un modelo ágil en la resolución de conflictos. Unido a la autoridad moral que se ha ganado con el tiempo y que se le otorga y reconoce al Tribunal.

La Junta administradora, al igual que su síndico-presidente, son elegidos democráticamente de entre los miembros de la comunidad, que deciden y designan a las personas más honestas y justas para el cumplimiento de su deber. Aun siendo legos y personas sin formación jurídica, son perfectos conocedoras de unas ordenanzas que dominan a la perfección y que constituyen –en palabras de V. Giner Boira- el corpus jurídico por el que se rige cada una de las comunidades de acequia.

Nunca ha sido necesario acudir a la jurisdicción ordinaria para el cumplimiento de ninguna de sus decisiones.

La honradez y la lealtad a dicha institución es el principal valor de sus síndicos, personas de bien, cultivadores directos de sus tierras y con reconocida y merecida fama de hombres honrados. Que provistos de su blusón, que llevan con igual dignidad que la toga un magistrado, buscan la solución justa, descartando la tramposa; muestran transparencia, honestidad y justo equilibrio en sus posicionamientos y, a su vez, son fuertes y eficaces ante las hostilidades. Lo que les otorga la plena confianza en la salvaguarda de los derechos de los regantes.

Tribunal que sigue mediando y solventando conflictos  en su reunión semanal, en el lugar de siempre, al lado derecho de la gótica Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia. Y que hoy, con motivo del Día Internacional de la Mediación, conviene recordar y ensalzar también al hilo de momentos como los que vivimos, en que son  continuos los ataques, reproches y castigos que ponen en duda los valores de este pueblo, que contrariamente ha sabido preservar una institución, muestra paradigmática de la conciliación pero también de la personalidad y honradez que conforman nuestra forma de ser.

Por eso : ¡ calle vosté y parle vosté!

 

 

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