A principios de esta semana, el deporte se convirtió en uno de los principales temas en el orden del día del Congreso. Después de que las Cortes Valencianas aprobaran en 2005 una proposición para reformar unos artículos de la Ley de Deporte de 1990, ésta todavía no había sido debatida en la Cámara Baja.
Siete años después, y tras la polémica generada en las últimas finales de la Copa del Rey de fútbol, la propuesta era rescatada.
El objetivo del PP valenciano era debatir acerca de las ofensas a España – sobre todo en lo referente a las pitadas al himno – en los recintos deportivos. En el último lustro, aficionados independentistas del Athletic Club de Bilbao y F.C. Barcelona han mostrado su postura frente a Estado Español pitando incesantemente el himno en los prolegómenos del partido. Un himno que por protocolo coincide con la entrada del Rey al palco.
Independientemente del resultado final de la propuesta, rechazada incluso por el propio Partido Popular, se ha abierto un interesante debate en el que intervienen la libertad de expresión y el ultraje a los símbolos nacionales.
¿Hasta dónde llega la libertad de expresión, y que tanto ha costado conseguir? ¿Se debe sancionar con multas las ofensas a los símbolos nacionales? ¿O bastaría, por el contrario, establecer que esa libertad de expresión debe coexistir con el respeto y la ética?
Como comentamos desde José Domingo Monforte Abogados Asociados, pese a que la propuesta haya sido rechazada en el Congreso, el debate continúa encima de la mesa.
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